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Lengua y periodismo en el kiosco electrónico (prensa digital) ponencia
para el tema “La Prensa” en
el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española Zacatecas,
México 7-10
de abril de 1997 Raúl Trejo Delarbre Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
Lengua
y periodismo en el
kiosco electrónico (prensa
digital) Raúl Trejo Delarbre "
Maravilla y riesgo, la Internet es tan nueva que sigue suscitando los
asombros más elementales. Todavía hay quienes suponen que cualquier dato,
declaración o historia, por el solo hecho
de estar en la red de redes, es auténtico o es cierto. 1 En noviembre pasado, el
conocido periodista estadunidense Pierre Salinger anunció en París, en donde
es corresponsal de una cadena de televisión estadunidense, que el avión 800 de
la TWA que meses antes había estallado en el aire, fue alcanzado por un misil.
La versión le dio la vuelta al mundo y no pudo ser confirmada. Al parecer,
Sallinger la había obtenido de una página en la Internet, en donde esa especie
circulaba desde hacía varias semanas. 1 Hace tres años, como
todos sabemos, comenzó en Chiapas la rebelión del Ejército Zapatista. En
varios sentidos ese movimiento, junto con sus discutibles protagonismos nada
indígenas y sí de una ultraizquierda que se pensaba ya superada, ha resultado
innovador, especialmente por su intensa capacidad para acceder a los medios de
comunicación. A mediados de 1994, un estudiante de un colegio en Pennsylvania
colocó en la World Wide Web una página con noticias del Ejército Zapatista.
Entonces, hubo quienes pensaron que el subcomandante Marcos se comunicaba con
sus simpatizantes a través de la Internet. No era cierto, entre otros motivos
porque si usara un teléfono satelital Marcos sería vulnerable a un ataque
aéreo, como le sucedió a un líder político en Chechenia que acabó fulminado
mientras hacía una llamada. Pero aunque se ha explicado de diversas maneras que
el EZLN no tiene acceso directo a la Internet [2], algunos de quienes han deseado maravillarse ante esa posibilidad
extravagante y posmoderna no han querido creerlo. Hace un año, un profesor
español que enseña en la Universidad de Berkeley rechazaba, indignado casi,
nuestra explicación sobre ese asunto: no quería admitirlo, porque para él la
figura idealizada del líder neozapatista estaba indisolublemente asociada a la
Internet. 1 El año pasado en
México el periódico La Jornada publicó,
con gran despliegue, que había encontrado el domicilio electrónico del ex
presidente Carlos Salinas. El autor de una columna especializada en asuntos de
la Internet, halló en un directorio de domicilios electrónicos el nombre de
Carlos Salinas de Gortari con una dirección falsa, puesta por algún bromista,
que había asignado al ex presidente un curioso nombre de usuario: babaloco
[3]. Aunque
luego ese diario reconoció que el dato podía ser ficticio, no lo desmintió con claridad y muchos de sus lectores lo
creyeron. Hoy en México, no pocos comentaristas en la prensa están convencidos
de que el ex presidente tenía un e-mail con ese domicilio. 1
También a comienzos de 1996
llegó a México la historia, acuñada en Puerto Rico, de que una extraña
criatura mezcla de vampiro y demonio asolaba en las zonas rurales destazando
animales domésticos e incluso, atacando a seres humanos. La leyenda no había
conmovido a los mexicanos hasta que el noticiero
24 Horas de Televisa presentó una ilustración tomada de Internet. No se dijo
de qué home page, ni cuál era su
autor, pero como provenía de una fuente tan sofisticada y junto con la
propagación que le dio la televisión en cadena nacional, el “Chupacabras”
se convirtió en parte destacadísima del imaginario social durante varias
semanas. 1 Hace unos cuantos
días, como es bien sabido, 39 personas se suicidaron en San Diego a
consecuencia de una grotesca creencia. Al despojarse de sus “contenedores”,
que es como denominaban a sus cuerpos, confiaban en alcanzar a una nave espacial
que vendría tras el cometa Hele-Boop que en las actuales fechas cruza por esta
región del cosmos. El suicidio colectivo en Rancho Santa Fe, aparte del horror
y la descomposición social que en sí mismo implica, ha sido notorio por el uso
que ésos miembros del grupo denominado “Puerta del Cielo” hacían de la
Internet. Por si alguien tenía dudas, allí se demuestra cómo, junto a
informaciones y materiales del mayor rigor científico, en la red de redes se
propagan las supercherías más extravagantes. * * * "
Uno de los grandes riesgos,
quizá el mayor, de la Internet, es la abundancia de trivialidades, basura y
mentiras que circulan por el ciberespacio. Por eso es preciso tomar con
reservas, muchas de las informaciones que aparecen allí. En la prensa de todo
el mundo e Iberoamérica no es la excepción, todavía se le da carta de
credibilidad aún a las informaciones más caprichosas tan sólo porque aparecen
en una página electrónica. Eso no ocurriría si a la Internet no se la
siguiese viendo con una actitud de mistificadora ignorancia. Con similar
posición, docenas de empresas editoriales en nuestros países, igual que en el
resto del mundo, han inaugurado sus páginas electrónicas sin saber bien a bien
de qué les servirán. La
Internet es tan nueva como medio de comunicación con sus propias
singularidades, que la evaluación de sus auténticos usos y alcances sólo
puede hacerse de manera provisional. Ni siquiera sabemos cuántos cibernautas
hay en el mundo (los cálculos varían entre 25 y más de cien millones de
personas) y menos aún cuántos de ellos tenemos en los países de lengua
castellana. Lo que sí puede documentarse, aunque tampoco hay datos específicos
entre otros motivos porque se trata de un panorama que constantemente cambia, es
la enorme mayoría de sitios
diseñados y leídos en y desde
países anglosajones. El inglés es, sin lugar a dudas, el idioma de la
Internet. Y así, también indudablemente, seguirá ocurriendo. Por mucho que
algunos gobiernos, universidades, publicaciones, empresas de toda índole y
ciudadanos a título individual cotidianamente abren espacios en la Internet con
contenidos en nuestro idioma, prácticamente todos ellos invariablemente remiten
a home pages en inglés. Es más: para
saber qué hay en la Internet en castellano, tenemos que acudir a índices, o
localizadores, que funcionan en inglés. Resulta inútil y sería un tanto
ingenuo quejarnos por esa situación. Simplemente, vale la pena que no la
olvidemos entre otros motivos porque no deja de resultar peculiar que hablemos
del web, los sites, los bytes y el e-mail
en un congreso de la lengua española. Así es el mundo y al menos, así es esa
colección de espejos del mundo que tenemos a nuestra disposición, para
maravillarnos y servirnos o para turbarnos y quitarnos el tiempo, en la red de
redes que es la Internet. En el amplio ciberespacio, la
prensa en español es casi inexistente "
En esa colección de espejos, la mayoría de los sitios disponibles son
para el ocio. Es falso que la Internet sea, hoy, un repertorio de espacios que
fundamentalmente sirvan para la información y la creación. Aunque una de sus
singularidades respecto de otros medios de comunicación es su capacidad para la
interactividad, en la Internet casi todo es contemplación, sobre todo de sitios
de entretenimiento. Eso sí, como es bien sabido, hay esparcimiento para todos
los gustos. Al
momento en que escribimos estas líneas, la noche del sábado 29 de marzo, estos
son los temas por los cuales están preguntando los usuarios del localizador Excite,
uno de los índices más extensos y populares que hay en la Internet.
fellatio
tyra banks
clubmed
pay and rank
lilkim
economic interdependence
heavens gate
garden
black girls
windows nt secutity holes
aicpa
poseidon greek god
jlscott msn com
nude girlfriends
teenage abortion
microsoft memphis
download blood
oak technology
today
fan clubs [4] En
la Internet hay de todo --negocios y espectáculo, aprendizaje y holganza, ideas
y tonterías, creatividad y depravación--. También hay espacio para la prensa.
El kiosco digital que encontramos en la red de redes se compone de versiones
electrónicas de publicaciones cuyo principal mecanismo de distribución está
en sus ediciones impresas y, por otro lado, publicaciones que son producidas
específicamente para la Internet. No
existe un índice completo, ni suficientemente confiable, de la prensa
electrónica --menos aún lo hay de las publicaciones “en línea” en idioma
español--. Uno de los sitios que proporcionan acceso a una mayor cantidad de
revistas es el Electronic Newsstand, o
enews [5], en donde hay enlaces a más de 2 mil revistas de todo el mundo, aunque
especialmente de los Estados Unidos. La asiduidad de quienes se acercan a estas
publicaciones, nos permite saber cuáles son algunas de las preferencias
predominantes de quienes leen prensa digital. En diciembre de 1996, las 20
publicaciones más consultadas entre las que forman el catálogo de enews
fueron, en orden de preferencia, las siguientes: 1. Yellow Silk, 2. Discover 3. Business Week 4. The New Republic 5. The New Yorker 6. Economist 7. Playboy 8. National Business Employment Weekly 9. Guitar Player 10. Spin 11. Forbes 12. Chrysler Power 13. Civilization 14. Saturday Night 15. Foreign Policy 16. Journal of Commerce 17. Kiplinger’s 18. Management Review 19. Internet World 20. Healthy Kids Fuente: electronic
newsstand, enews, “The Twenty Most Popular Titles on Enews”. December
1996. La
publicación que encabeza ese repertorio es una revista de contenido erótico;
le siguen una de divulgación científica, un semanario de negocios y dos
revistas de contenido político y cultural. Entre las 20 más leídas hay de
todo: partituras para guitarra, automóviles y finanzas, espectáculos y ofertas
de empleo, sexo y salud infantil. ¿Qué, de todo el acervo de enews,
está escrito en español? A fines de marzo pasado, hurgamos en el directorio de
ese sitio electrónico para buscar publicaciones en nuestra lengua entre las
más de 2 mil revistas a las cuales allí hay acceso. El “directorio-monstruo”,
como se le anuncia, está organizado por orden alfabético. En los títulos de
las varias docenas de publicaciones que comienzan con “A” no hay una sola
palabra en español, pero en la siguiente letra hallamos el Bienvenido Magazine que sin embargo, está escrito en inglés: se
trata de una revista para inducir al turismo a Puerto Rico. En el índice de enews
hay publicaciones en primer lugar en inglés, pero también en alemán, árabe,
francés, hebreo, italiano, japonés, latín, portugués y ruso. Sin embargo la
prensa en español no existe en ese importante índice. Avanzando en él,
encontranos Hispanic on Line, que es una revista mensual de la comunidad latina
en los Estados Unidos y que entre otros atractivos ofrece una conversación
interactiva con el cantante Julio Iglesias; sin embargo, los textos son todos en
inglés. Mucho más adelante hallamos la revista Saludos Hispanos, que contiene información sobre carreras y
educación universitarias, pero también en inglés. Entre las 2 mil revistas
compiladas en ese kiosco electrónico hay publicaciones sobre ciencia política,
computación, espectáculos, electrónica, finanzas, fotografía, gastronomía,
golf, literatura, música, religiones, salud,
sexo y sexualidad, viajes y viviendas, entre muchos otros temas. Pero ni
una sola de esas más de 2 mil revistas, está en español. Constatar
la limitada presencia, a veces incluso inexistencia de la prensa en español en
la red de redes, puede ser un tanto masoquista pero también engañoso. Como
todos sabemos, igual que muchas otras expresiones del desarrollo tecnológico,
la Internet ha sido creada, desarrollada y utilizada, fundamentalmente en idioma
inglés. Los cibernautas de todo el mundo encontraron que la mayoría de los
sitios en la red de redes funcionan en esa lengua y así la han seguido
propagando. Desde ese punto de vista, sólo con fingido candor o con una suerte
de fundamentalismo lingüístico, podemos asombrarnos de la escasa presencia de
sitios en español. Pero
esa débil cuota de páginas en nuestra lengua en la red de redes, también
puede ser considerada como expresión de las dificultades que hay en nuestros
países tanto para el acceso a la comunicación en la Internet, como para la
propagación de nuestras culturas en ese medio. Desde luego, hoy en día en la
world wide web que algunos prefieren denominar la “telaraña mundial” de la
Internet, existen millares de páginas en español (a comienzos de 1997 en
México, por ejemplo, tenemos unos 2 mil sitios diferentes en ese espacio
audiovisual de la Internet). Una cantidad importante de todas ellas, ha sido
colocada por empresas editoriales que buscan propagar por ese nuevo espacio los
contenidos que de cualquier manera editarían con los tradicionales recursos
impresos y algunas pocas, son revistas que sólo circulan en el ciberespacio. A
la fecha, no existen índices específicos y que a la vez sean suficientemente
amplios y actualizados, de la producción periodística en español en la
Internet. Los índices disponibles reunen a todo tipo de publicaciones y están
elaborados con criterios que se consideran pertinentes para la mayor parte de
los actuales usuarios de la red de redes, que son anglosajones. Todavía ahora,
quizá el 80 por ciento de los cibernautas en todo el mundo, son estadunidenses
y canadienses. Así que no es de extrañar que los catálogos de páginas
electrónicas estén diseñados según las preferencias de esos usuarios. La
Internet es una extraordinaria fuente de información aunque, como señalamos
antes, también de distorsión y confusión. El material allí disponible es tan
abundante que casi siempre resulta abrumador. Por eso, especialmente en materia
de noticias, cada vez prospera más la “personalización” de índices y
localizadores, para que el usuario reciba en su computadora informaciones y
otros materiales periodísticos clasificados de acuerdo con sus intereses más
específicos. El “periódico personal” que, con diversos formatos puede
diseñarse ahora, tiene la ventaja de que en él aparecerán materiales sobre
temas determinados, aunque con la enorme limitación de que restringimos la
información a los asuntos que hemos señalado como atractivos para nosotros. El
último grito de la moda cibernáutica son los servicios de “entrega” de
información específica que buscan, seleccionan, organizan y nos muestran
materiales noticiosos de muy diversas fuentes a través de un software especial. Cada uno de esos servicios (la mayoría, de
manera gratuita) ofrece la consulta de los temas que nos interesan en las
publicaciones y bases de datos periodísticos más relevantes en la Internet.
¿Cuántos de esos servicios y en qué medida, incluyen entre sus fuentes de
información al periodismo electrónico en idioma español? Hace
pocas semanas la revista PC Magazine,
sin duda la de mayor circulación en el mundo de las computadoras, publicó una
selección de los localizadores de
noticias ahora disponibles para la Internet. Algunos de ellos comienzan a
funcionar apenas nos conectamos con la red de redes y cada vez que se localiza
un material afín a los intereses que hemos indicado, la información aparece en
algún sitio de nuestra pantalla. Otros ofrecen noticias continua, otros más
despliegan su selección cuando abrimos una ventana específica. Allí pueden
mostrarse, según nuestros gustos, noticias locales e internacionales,
pronósticos del clima, comentarios políticos, asuntos deportivos o de casi
cualquier índole. PC Magazine
seleccionó a once de estos servicios como los más accesibles y completos y
nosotros los visitamos uno por uno en busca de prensa en español [6].
Todos ellos, toman a diversos periódicos, revistas y medios con presencia en la
Internet, como fuentes informativas para sus usuarios. Entre esas fuentes hay
diarios y revistas, agencias de noticias, servicios de comunicación, estaciones
de radio y televisión, cuya información en todos los casos ya se encuentra en
la Internet. La
utilidad de tales servicios radica en la compilación que de ese amplio y
creciente universo hacen esos localizadores. Por ejemplo, la Air Media Live Broadcast Network busca información en las fuentes
primarias, que aparecen mencionadas de la siguiente manera. CNN, Reuters,
Reuters-Variety, UPI, Knight-Ridder, America On Line, Movie Link, AFP, Ziff
Davis, ITAR-TASS, Freese-News Weather, I-Golf, Quote.Com, World Entertainment
News, Travelgram, Lottery World, Psychic Advice On Line, Yoyodyne. Ninguna de
esa veintena de fuentes informativas suele recoger noticias de los países de
habla hispana. En un catálogo de fuentes secundarias, se incluye a Interpress
Service que suele incluir noticias de América Latina y a una agencia llamada
South America Business Information. El servicio Psychic Advices, que ofrece
horóscopos en línea, tiene más relevancia que las agencias con noticias de
los países de habla hispana. After
Dark Online ofrece búsquedas en el archivo electrónico del USA
Today entre otras fuentes, pero ninguna de ellas en español. Lo mismo
ocurre con AlphaConnect StockVue que
se especializa en información financiera, BackWeb
que acude al Jesuralem Post y The
Wall Street Journal, Castanet Tuner
que entre otros servicios proporciona canales de discusión de noticias e IBM NewsTicker. El paquete de entrega de In-Box Direct, patrocinado por la empresa Netscape, recopila
noticias en las páginas de The New York
Times, USA Today, Mercury
Mail, Sports Illustrated y People
Daily entre otras publicaciones electrónicas y tiene la singularidad de
acudir a varios diarios y revistas no estadunidenses: Australian Finantial, Elle
International, Rheinishe Post On Line,
The Daily Mirror, Finantial Times Review y Mondadori
On Line. Entre ellos, se incluye una publicación, por fin, española: Correo
Expansión Directo, especializado en finanzas. Nada más. El
octavo servicio de búsqueda de noticias que revisamos fue Intermind Communicator que ofrece 170 “canales” que acuden a
otras tantas fuentes de noticias, entre ellas las páginas en Internet de varias
estaciones de televisión y radio. Ni una palabra en español. El servicio Netdelivery
busca en los principales índices de la red pero no ofrece acceso específico a
publicaciones electrónicas. El True
PoinCast Network tiene 16 “canales”; el de noticias, proporciona enlaces
a las páginas de Reuters, CNN y otros servicios pero ninguno en español. Exageración y realidad en las audiencias de la prensa en red "
Mención aparte merece el localizador My
Yahoo! News Ticker, que no tiene enlaces directos a otros servicios de
noticias pero que cuenta con el enorme banco de datos del índice más popular
en la Internet, el denominado Yahoo!,
que organiza centenares de miles de páginas electrónicas por países, o por
temas. Es decir, My Yahoo no ofrece
acceso a alguna o varias compañías de noticias en particular sino una
búsqueda, posiblemente más lenta que otros, en un universo mucho más amplio. En
la página de sitios “web” regionales (que es como se les denomina a los no
estadunidenses) registrados en los índices Yahoo!,
buscamos los subíndices destinados a países de habla hispana. En cada uno de
ellos se mencionan varias categorías (gobierno, economía, cultura, etcétera)
y en el rubro destinado a “noticias y medios” localizamos las páginas
específicas de publicaciones impresas y electrónicas. El
resultado, aparece en el cuadro 1, en el Anexo de esta ponencia. La segunda
columna muestra el número de sitios, o páginas electrónicas, que los índices
Yahoo! atribuyen a cada nación. La
tercera, la cantidad de espacios clasificados como de “news & media”,
que es desglosada en las cinco siguientes columnas: revistas, periódicos,
radio, televisión y otros medios. Estos datos deben ser tomados como
indicativos y no del todo puntuales, ya que todos los días surgen algunos y
desaparecen otros sitios en la Internet. De ellos, el índice que consultamos no
necesariamente comprende a todos. El criterio para incluir en el rubro “noticias
y medios” a una publicación no siempre es riguroso. Hay revistas
latinoamericanas o españolas que no aparecen en esta clasificación y sí en
“política”, o “cultura”. En el caso de los periódicos, casi siempre se
trata de diarios con páginas en Internet pero eventualmente, son incluídas
publicaciones de otra periodicidad. Con el propósito de comparar la situación
de la prensa iberoamericana en la Internet con la de otros países, añadimos al
final del cuadro los datos de algunas otras naciones. No fue posible encontrar
cifras completas de la presencia estadunidense, porque no hay índices
específicos para todas las páginas de ese origen, excepto las que se refieren
a publicaciones de contenido local. Descontando
a las publicaciones en inglés pero registradas en alguno de los países
latinoamericanos, tenemos que al momento de esta revisión, el índice Yahoo!
incluía, en su categoría “news & media”, 67 revistas y 88 periódicos
en español. Por supuesto estos datos son parciales porque, insistimos, hay
publicaciones que no son registradas por ese índice o que no están
clasificadas en el mencionado rubro. De cualquier forma, ese es un universo
significativo de la prensa en español en la Internet. En total, los mismos
índices, sin distinción de idiomas o nacionalidades, reconocen la existencia
de 613 revistas y 522 periódicos en la red de redes [7]. Aunque
provisionales, esos datos nos permiten tener un panorama de la presencia de la
prensa en español en la Internet. En los parámetros que hemos mencionado, las
revistas en nuestro idioma constituyen algo menos del 12% de la oferta
periodística que en ese género hay en la Internet y de los periódicos en la
red, los que se editan en español alcanzan algo menos del 17%. Hay
otros indicadores del periodismo en este idioma. El índice “Medios de
comunicación españoles en la red” que mantiene Miguel Angel Monjarás
Llorente, enlista al 10 de marzo de 1997, 23 diarios y semanarios de carécter
general y regional, un suplemento, una revista de información general, una
agencia de noticias, 7 estaciones de radio y TV, 5 medios de información
económica, 4 publicaciones de carácter deportivo, 7 de ciencia, cultura,
literatura o educación, 2 medios de información musical, 6 relacionados con la
Internet o la informática y uno más de índole no especificada [8]. Con un criterio más holgado porque junto a diarios y revistas o
magazines incluye boletines, cartas de noticias y otros materiales de diversa
índole informativa, un reciente libro especializado en periodismo electrónico
registra, hasta mediados de 1996, 110 publicaciones españolas en las redes. La
primera de ellas fue El Temps de
Valencia, surgida en 1994 [9]. Los autores de ese trabajo, consideran que: “En España, pese al
retraso que nuestro país suele tener en estos temas, la demora en la aparición
de publicaciones en línea no ha sido tan alarmante como cabría sospechar en un
primer momento. De hecho, durante los dos últimos años han surgido
sucesivamente las versiones electrónicas de un elevado número de periódicos y
revistas españoles hasta formar un nutrido grupo de medios impresos en Internet”
[10]. Por
lo que respecta a México, el México
Index, uno de los índices más completos de las sitios que este país tiene
en la Internet,
incluye en marzo de 1997 a 54 revistas y 56 periódicos con páginas
electrónicas (aunque algunos de ellos no son diarios mexicanos) e incluso en
esa relación encontramos varias ausencias [11]. Los
anteriores datos son inevitablemente provisionales en vista de la constante
apertura de espacios electrónicos de toda índole. Pero de la audiencia que
alcanza el periodismo en la Internet no se cuenta con acercamientos
estadísticos. Eso sí, no pocos editores de páginas en la red padecen la
ilusión, ignorante a veces pero en otras ocasiones desvergonzada, de quienes
suponen que cada sitio en la Internet es visitado por millones de personas. En
la red de redes, como hemos dicho, deambula una cantidad de entre 35 y 60
millones de usuarios [12].
Pero eso no significa que cada una de las páginas que son instaladas en la
telaraña electrónica atraerá a ese número de lectores. No
hay estadísticas completas sobre la cantidad de páginas que ahora existen en
la WWW, pero suman centenares de miles [13]. Las más visitadas, son unas cuantas. Las que reciben a más usuarios,
suelen ser las páginas de información práctica, o las de entretenimiento. Por
ejemplo, la home page de "My
Virtual Reference Desk", un servicio de información enciclopédica que
recopila datos de 6 mil sitios en la Internet, recibió 113 mil visitas entre
setiembre de 1995 y mayo del 96, es decir, un promedio de menos de 450 cada
día. Se trata de uno de los espacios más frecuentados en la Red. Conviene
recordar ese dato, para compararlo con la audiencia de algunas páginas de
prensa electrónica. La
moda de colocar en la Red de Redes el contenido de las publicaciones impresas,
junto con el enorme caudal de divulgación e interactividad que puede implicar,
también causa infatuamientos gratuitos y hasta necios. Con frecuencia, algunos
editores aseguran que todos los días tienen centenares de miles de lectores,
aunque no tengan manera verosímil de comprobarlo. De ser ciertas esas
estimaciones jactanciosas, la prensa electrónica estaría desplazando
definitivamente a la de carácter impreso y no parece que estemos, al menos
todavía, en esa situación. Para
mencionar un ejemplo, en marzo de 1996 el diario mexicano El Universal abrió su página en la WWW. Siguió así los pasos de
diarios como La Jornada, Reforma
y El Economista y de la misma forma que algunos de ellos, se valió de
los servicios de la Universidad Nacional Autónoma de México, que tiene el
proveedor de conexiones a la Internet más grande en el país. Poco después los
editores de El Universal, no sabemos
si por ignorancia o por exagerados, llegaron a ufanarse de haber tenido una
cantidad de consultas que sería nueve veces superior a la del “Virtual
Reference Desk”, pero en menos de la cuarta parte del tiempo antes mencionado.
Pocas semanas después de haber inaugurado su presencia electrónica, en la
primera plana de su edición en papel ese periódico incluía una nota con el
siguiente titular: Superó el millón de
consultas, por medio de Internet, EL UNIVERSAL [14]. La
información se refería a un encuentro que tuvieron, en las instalaciones del
diario, los directivos de dicha casa editorial y varios funcionarios de la UNAM,
encabezados por el entonces Rector, José Sarukhán. El periódico se ufanaba de
que en menos de dos meses, su edición electrónica había tenido esa millonaria
cantidad de consultas. No
es nueva la actitud de un medio de comunicación mexicano para exagerar sus
cifras de circulación (en este caso, circulación electrónica) para
impresionar a los despistados. Lo que llamó la atención fue que El Universal aprovechara el hecho de haber sido anfitrión de las
autoridades centrales de la UNAM y que esa institución académica no hubiese
aclarado el evidentemente desmesurado cálculo, del que aparecía como
responsable. En la Internet, existen recursos para medir la afluencia de
cibernautas. Hay páginas que tienen contadores, que se actualizan cada vez que
un usuario "entra" para mirarla, consultarla o intreractuar en ella.
La página de El Universal, al menos
cuando apareció aquella nota, no contaba con ese recurso. Es
casi seguro que el diario mexicano más leído en la Internet sea La Jornada, entre otros motivos porque su orientación editorial,
que a riesgo de esquematizar demasiado puede considerarse como de
centro-izquierda, concide con las simpatías políticas del mundo universitario
que todavía tiene presencia importante entre los usuarios de la red de redes. La
Jornada inauguró su página electrónica en febrero de 1995 y pronto, el
exceso en la demanda por parte de lectores en todo el mundo obligó a colocar un
par de “espejos” que reflejan desde otros servidores electrónicos el
contenido que ese diario pone a circular en la red. Dos años después, La
Jornada informaba que la cantidad de consultas diarias en su página
electrónica era ya de 85 mil [15].
Ello no significa necesariamente que ése sea el promedio de lectores a
distancia de ese diario. 85 mil consultas, puede ser el número de accesos a
cada uno de los espacios de la edición cotidiana y del archivo en línea de La Jornada. Por ejemplo, un lector que: (1) abre la portada, luego
se detiene para (2) ampliar una fotografía, pasa (3) al editorial, lee (4, 5 y
6) tres noticias diferentes, consulta (7) la sección de cartas y luego busca en
la página de ejemplares anteriores (8) una información de la semana pasada (9)
habrá realizado nueve consultas que son contabilizadas de manera separada. Es
decir, el dato de 85 mil accesos diarios puede dividirse entre ocho o diez --o
más-- para saber la cantidad aproximada de lectores que cada día tiene la
página electrónica de ese diario. Aún
así, 9 u 11 mil lectores cada día (o quizá menos, pues el promedio de accesos
de cada usuario puede ser mayor) no es una cantidad despreciable lo mismo dentro
de los parámetros de consulta que hay en la Internet, que en comparación con
la circulación real de los diarios en México. La versión en línea del diario
estadunidense The Wall Street Journal
que apareció a fines en 1993, llegó a alcanzar hasta entre 45 mil y 50 mil “entradas”
cada día cuando el acceso a su contenido era gratuito. En 1995 comenzó a
cobrar una cuota primero de 12 dólares mensuales incluyendo la suscripción a
la versión impresa de ese periódico y más tarde de 20 dólares anuales sólo
por la edición interactiva y sus editores aseguran que actualmente atienden a
cerca de 30 mil personas al día [16]. En
enero de 1997 el diario madrileño El
País, que apenas en mayo anterior había inaugurado su página en Internet,
informaba que en los días laborables, tenía un promedio de 32 mil lectores
diarios. El País realizó entre los
lectores de su página electrónica una encuesta de donde resultó que más del
80% de quienes respondieron, viven en España y un 8% en América Latina. Es
decir, los consumidores de esa información son primordialmente cibernautas de
lengua española. Puede considerarse que de la misma manera que alcanzan poca
presencia en los índices internacionales, las páginas de las publicaciones
hispanoamericanas son leídas fundamentalmente por cibernautas de los mismos
países en donde son editadas. Entre
los mismos encuestados, la página electrónica más visitada es la de la
empresa Microsoft (que, no en balde,
ofrece en su página en español una liga directa a la de ese diario) con el
6.8% de preferencias y el segundo sitio lo tiene la misma página de El
País con 6.2%. Las versiones electrónicas de otros diarios españoles, ABC
y El Mundo, tienen los siguientes sitios con 2.5% y 2.3% de las
preferencias según esa encuesta. Como se puede apreciar, los usuarios que
prefieren un diario, tienen a las páginas de otros periódicos entre sus
favoritas [17]. Incertidumbres y vicisitudes del periodismo en la Internet "
Si el periodismo en la red es un asunto reciente, todavía lo es más el
periodismo en lengua española. Aún no tenemos indagaciones de los resultados y
experiencias de esta forma de expresión pero, esencialmente, podemos considerar
que comparte las ventajas, incertidimbres y vicisitudes que tienen todas las
publicaciones electrónicas. ·
La
rentabilidad financiera del periodismo electrónico sigue siendo, en lo
fundamental, una expectativa a mediano plazo. La gran mayoría de las
publicaciones electrónicas en español, a semejanza de las que hay en inglés,
son de acceso gratuito. Cuando tienen ingresos propios es por la venta de
espacios publicitarios que son leídos por los cibernautas que se asoman a esas
páginas. El financiamiento fundamental de estas páginas corre a cargo de las
casas editoriales que, además de la versión en tinta y papel de su periódico
o revista, incursionan en la nueva modalidad que significa tener la versión
electrónica. El futuro de la publicidad en la Internet sigue siendo incierto.
Cuando confrontan las expectativas de quienes promueven sus páginas
electrónicas con la realidad de audiencias todavía modestas aunque sin duda
crecientes, los anunciantes dudan en mantener sus avisos pagados. Además entre
los usuarios de la Internet sigue existiendo cierta reticencia, por cierto cada
vez menor, a admitir los espacios publicitarios a los que algunos consideran
como intromisión en la antaño descomercializada red de redes. ·
Hasta
ahora, la utilidad principal de estas páginas en la red de redes ha sido para
sus lectores, más que para editores o anunciantes. Los estudiantes mexicanos
que hacen posgrados en Europa, ahora pueden leer cotidianamente periódicos de
su país. Los españoles que radican en Venezuela, Argentina o México, pueden
tener acceso a la prensa madrileña incluso antes de que los primeros ejemplares
lleguen a los kioscos en la Puerta del Sol. Los estudiosos de asuntos
latinoamericanos en universidades o centros de investigación estadunidenses
cuentan con material de primera mano acudiendo todos los días a docenas de
publicaciones en la red. Todos ellos salen ganando, al menos en oportunidad, al
tener en sus pantallas los textos e ilustraciones que antes sólo podían
conocer varios días después. Pero para los editores de estas revistas y
diarios, además del servicio adicional que ofrecen, por lo general con cargo a
las finanzas producidas por sus ediciones impresas, la principal y a menudo
difusa utilidad es simplemente de imagen pública: tener una edición
electrónica es una manera de formar parte del periodismo de apariencia más
contemporánea, es un recurso para ser, o parecer, modernos. ·
Una
de las características de la Internet es la facilidad para poner en
circulación ideas y mensajes a costo muy bajo. Es preciso tener algunas
destrezas técnicas, pero no hace falta ser diplomado en cibernética para
organizar y colocar en línea una página en el web. Tanto así, que hoy
circulan por la Internet millares de páginas con información que no le importa
mas que a quienes la colocaron allí: anécdotas, trivia, simplezas y bagatelas
de toda índole, abundan en la red de redes. Pero, curiosamente, esa facilidad
para publicar, que es de alguna suerte un recurso democratizador, ha sido poco
aprovechada por los usuarios de lengua española. La gran mayoría de las
publicaciones electrónicas que circulan en este idioma, han sido colocadas por
empresas que de una u otra ya manera
forman parte de la institucionalidad editorial en sus países. A diferencia de
lo que ocurre con grupos políticos, estudiantiles y de los más diversos
segmentos sociales en los países anglosajones que ponen a circular centenares
de publicaciones electrónicas, este recurso es, comparativamente, poco
utilizado por cibernautas de habla hispana. Hay muy pocas publicaciones en este
idioma que circulen exclusivamente en la Internet; casi todas son reflejo, copia
o síntesis, del periodismo impreso y casi siempre, comercial o institucional. ·
La
interactividad, es otra de los particularidades de la Internet que aparece poco
en las prensa electrónica en castellano. A diferencia de numerosas revistas y
diarios cuyos espacios de discusión se encuentran entre los segmentos más
visitados en sus versiones electrónicas, la prensa latinoamericana y española
en línea, emplea escasamente ese recurso. La posibilidad de opinar sobre los
temas que aparecen en cada edición electrónica es poco aprovechada, quizá
porque los usuarios de lengua española tienen menos afición por ese tipo de
participación. Podemos aventurar incluso, que los cibernautas en español son
más contemplativos que aquellos que se comunican en inglés, o en otros
idiomas. Los sitios de discusión en nuestra lengua, por ejemplo en los foros
Usenet, son muy pocos aunque con mayor propensión a los textos largos, con
vehementes parrafadas, a diferencia del estilo conciso, más con interjecciones
que con ideas, que prevalece en las discusiones electrónicas en idioma inglés. Ese
es un estilo, por cierto, simplificador del discurso y de la arquitectura
lógica de la escritura tradicional. Cuando se sustituyen los razonamientos en
extenso por las frases breves, a menudo acrónimos o con interjecciones o
símbolos ortográficos para expresar estados de ánimo, se abrevian también
las ideas. En la WWW, una de las publicaciones que ha abierto foros para sus
lectores es el diario español El País. ·
La
prensa en español en la Internet suele ser repetición, o síntesis, de las
ediciones impresas. En el mismo formato o en alguna adaptación para las
pantallas de computadora, las noticias, los comentarios y fotografías y
viñetas de la prensa en papel y tinta, son digitalizadas para que circulen por
la red. Hasta donde sabemos, aún no hay ediciones completas que se renueven
específicamente para los lectores en Internet. En
el periodismo electrónico estadunidense ya comienza a manifestarse alguna
rivalidad, todavía incipiente, entre las ediciones tradicionales y las
versiones para la red de redes. En marzo pasado, el periódico The
Dallas Morning News decidió publicar en su versión para Internet una
noticia exclusiva, antes de que apareciera en la edición impresa. La confesión
de Timothy McVeigh, acusado de la trágica explosión en un edificio en Oklahoma
en abril de 1995 y que era una noticia muy atractiva para los estadunidenses,
apareció en la página de ese diario en Internet y pudo ser reproducida en
muchos otros medios, de tal suerte que ya era conocida cuando el Dallas
Morning la imprimió para sus lectores tradicionales. Al parecer, la
redacción del diario quiso adelantarse a un posible veto judicial gestionado
por los abogados de McVeigh [18]. Ese
episodio marca nuevas tendencias en el periodismo electrónico. Por un lado la
prensa dispone de un recurso adicional, que al menos hipotéticamente la pone a
salvo de interdictos legales; las publicaciones electrónicas pueden actuar así
como coberturas, o coartadas, de sus hermanas en el periodismo impreso. En
segundo lugar, la prensa escrita compite, aunque sea de esa manera indirecta y
en un nuevo espacio, con los medios electrónicos; en opinión de un
especialista en estos asuntos: “durante unas horas, un periódico ha podido
acabar con el privilegio del cual gozan otros medios como la radio y la
televisión: el de la inmediatez... es una verdadera revolución tecnológica”
[19]. Y
en tercer término, el periodismo en línea comienza a tener sus propios ritmos:
habrá publicaciones electrónicas que se mimeticen con la inminencia frenética
que suele caracterizar a la televisión y la radio buscando y haciendo circular
noticias a raudales, en tanto que algunas otras prefieran el relativo sosiego
que en comparación con los medios electrónicos puede tener el periodismo
impreso en donde es importante dar a conocer un acontecimiento, pero también lo
es ponerlo en contexto, documentarlo, explicarlo. Entre la competencia por la
novedad y la búsqueda de la reflexión, el periodismo electrónico tendrá que
encontrar sus propios parámetros. ·
El
de los derechos de autor, es un tema sin solución que deambula por toda la red
de redes. En el caso de las páginas personales en el web
hay pocos reclamos si alguien copia un archivo, pero para periódicos y revistas
que son muy celosos del copyright en
sus ediciones impresas, la presencia en Internet se ha vuelto una fuente de
fugas y plagios casi incontrolable. La legislación internacional y nacional
sobre derechos de autor en la red de redes, aún es incipiente. Las reuniones
internacionales dedicadas a discutir este asunto sólo han concluído en que el
análisis de esa cuestión debe proseguir. Por una parte, es difícil establecer
qué materiales están protegidos legalmente y cuáles no, cuando se trasladan
del periodismo impreso a la circulación en las redes, a menos que se trate de
textos o imágenes cuya reserva legal haya sido realizada de manera específica
(y aún así, no siempre está claro que la reserva legal incluya a los
materiales digitalizados para su circulación electrónica [20]). En
segundo lugar, es prácticamente imposible impedir que un usuario copie un texto
o un archivo gráfico, que lo mismo puede guardar para su atesoramiento personal
que para reproducirlo en otro sitio, incluso en la Internet misma. En tercer
término, aunque esto sea más subjetivo, en la red de redes ha existido una
suerte de comunitarismo solidario que, más allá de ideologías, ha defendido
el libre flujo de ideas y el intercambio más flexible de documentos
electrónicos e incluso la propagación de programas de cómputo gratuitos. Una
de las revistas en línea más visitadas y expropiadas, es la conocida Playboy.
Aunque el acceso a sus páginas está cada vez más restringido a quienes se
suscriben a ellas (y mediante una cuota reciben una contraseña para entrar a la
edición electrónica) la reproducción de fotografías de las justamente
célebres conejitas ya tiene preocupada a la empresa de Mr. Hugh Heffner. Esas
ilustraciones, lo mismo son copiadas para servir como “papel tapiz” en las
pantallas de millares de computadoras personales, que como atracción en otras
páginas electrónicas, muchas de las cuales venden material de contenido
sexual. Eileen Kent, vicepresidente de Nuevos Medios de Playboy, ha anunciado
que se estudian varias medidas para imprimir una “marca digital” en esas
fotografías para que cuando sean utilizadas sin autorización su empresa pueda
entablar demandas legales [21]. El debate al respecto, sigue abierto. A fines de 1996, uno de los miembros de la presidencia de la conferencia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual en Ginebra, el finandés Jukka Liedes, explicaba ese confuso panorama en los siguientes términos: “¿Quién es el responsable de una infracción (en Internet)? ¿el que apretó el botón (para hacer una reproducción)?, ¿el que pidió a otro que apretara el botón? ¿O el propietario del establecimiento donde el botón fue apretado? Internet es un fenómeno global y tenemos que definirlo. No hay una legislación global. Sólo podemos llegar a acuerdos que proporcionen soluciones nacionales” [22]. Para
seguir con las interrogantes, ¿cuál es el futuro de la prensa en la Internet?
También a ese respecto de desgranan y polarizan las opiniones. Hay nostálgicos
de la tinta y el papel que aseguran que el ritmo de la escritura y la lectura,
la cadencia de la publicación impresa, la costumbre y el costo de los diarios y
revistas, hacen imprescindibles a las publicaciones impresas. Nada es
equiparable, dicen, al placer de leer el diario durante el desayuno o a la
facilidad de doblarlo para traerlo bajo el brazo en el metro. Pero ya hay
quienes desayunan delante de su laptop
conectada a la Internet y ahora es técnicamente posible (aunque sea con riesgo
de nuestra integridad personal delante de posibles asaltantes) andar por la
calle con una computadora pequeña conectada a un teléfono celular. Por su
parte, los defensores del periodismo electrónico aseguran que allí está el
futuro de la prensa, que la escasez de papel hará indispensables a los recursos
de información digitales y que las hemerotecas serán más accesibles por
módem y además, menos polvosas. Una
opinión singular por su controvertida personalidad pero que reproduce el estado
de ánimo triunfalista que los editores de prensa electrónica quieren tener
respecto del periodismo tradicional, ha sido manifestada por Larry Flynt, el
creador de la revista pornográfica Hustler
y sobre cuya biografía el cineasta Milos Forman hizo una reciente y discutida
película. En 1995 comenzó a aparecer en la Internet Hustler
Online y ya hay quienes piensan que sustituirá a su hermana mayor impresa.
Flynt considera: “La circulación de todas las revistas ha declinado en los
pasados 10 años. Por otra parte, Hustler
Online creció a un ritmo del 500 por ciento el año pasado. ¿Por qué
ocurre eso? Creo que es la comodidad y privacía que la Internet ofrece. Para
obtener una copia de Hustler debes ir
a comprarla al puesto de revistas o suscribirte, pero si tienes una computadora
a tu alcance, puedes tener acceso a la revista y leerla ahí mismo. Creo que las
revistas seguirán existiendo, pero el futuro está en la Internet” [1]. El
periodismo impreso y el que se propaga de manera electrónica tienen, cada uno,
singularidades. Quizá más que competir entre sí, puedan complementarse. “Obviamente
--dice R.U. Sirius, cofundador de la revista Mondo 2000 especializada
en asuntos de cibercultura-- los medios interactivos despliegan capacidades que
no tienen los medios impresos. En la medida en que este campo se vuelve más
intuitivo, se democratiza el intercambio de imágenes, video y sonido. Con el
texto inteligente, la Red es potencialmente el mejor sitio para investigar. Es
un gran lugar para los foros públicos. Sin embargo, las presentaciones de
cuerpos de texto complejos, creativos y substanciales, son preferibles de manera
impresa. Mucha gente no lee con gusto los textos más largos en la Red”. Más
dura con el periodismo tradicional, es la opinión de David Talbott, editor de
una de las revistas electrónicas más relevantes, Slate
(La Pizarra) patrocinada por Microsoft: “La Red ha producido sólo un puñado
de buenas publicaciones nuevas en los dos años recientes. Al mismo tiempo, el
mundo impreso no sólo no ha producido ninguna nueva publicación de calidad en
los años recientes, así que me parece que el momento creativo de la edición
ahora se encuentra en línea. Ninguna publicación impresa surgida
recientemente, puede competir con Salon,
Slate, HotWired o Feed. No sólo
esas publicaciones en la Red desarrollan una gran escritura, sino que además
burbujean con la retroalimentación de los lectores que no es posible excepto en
las limitadas páginas de las cartas al editor” [2]. Mutaciones, desfiguraciones o
adaptabilidad del idioma español en la red de
redes "
La prensa digital en español se enfrenta a varias limitaciones. Algunas,
son consecuencia de la todavía escasa propagación de las redes de información
electrónica en muchos de nuestros países. En 1994 México tenía 2.2
computadoras personales por cada cien habitantes y Chile 3.1, en comparación
con las 17.5 de Canadá o, la tasa más alta, 29.5 en Estados Unidos [3]. Además, como es de esperarse, únicamente los segmentos de la sociedad
con mayor capacidad económica tienen acceso frecuente a los recursos
informáticos.
También
en México, en 1994 sólo el 5.6% de la población urbana manifestaba que sabe
usar una computadora. Unicamente en el 3.29% de los hogares mexicanos había al
menos una computadora personal. De los hogares en donde había computadora, el
84.8% recibían un ingreso superior a ocho salarios mínimos, que es el estrato
en donde se ubica el 15% de las familias mexicanas con mayores ingresos [4]. En
otras palabras, los mexicanos que saben emplear esta herramienta informática
siguen siendo pocos y el acceso a la computación es privilegio de las familias
con más recursos. Todo
ello es muy obvio, pero no deja de ser útil documentarlo y precisar los
límites del acervo en términos de destrezas y equipo informáticos que hay en
cada país. Así que cuando hablamos de periodismo electrónico en naciones como
las que son mayoría en el mundo de habla hispana, es preciso no olvidar que nos
referimos sólo a sectores pequeños dentro de nuestras heterogéneas y
polarizadas sociedades. Si las tasas de lectura de la prensa impresa son bajas,
más lo serán los porcentajes de la población con acceso a publicaciones en la
Internet. Otra
dificultad para este periodismo, se encuentra en la lengua en la que es pensado,
escrito y publicado. Al difundir contenidos en nuestro idioma, esta prensa
digital permite que los usuarios que tienen al español como su lengua principal
o única, tengan puntos de referencia aprehensibles, en los cuales puedan
reconocerse e incluso nutrir su bagaje cultural. Pero en un medio en donde la
lengua preponderante es otra, los espacios en español pueden convertirse en una
suerte de ghettos distanciados de los
sitios más concurridos en la Internet. Como
quiera que sea, la lengua española no permanece ajena al desarrollo
tecnológico ni a la necesidad de identificar nuevos recursos y conceptos con
términos también actuales. De manera similar a como sucede en otras áreas del
desarrollo tecnológico, pero quizá con mayor propagación en vista de que sus
usuarios suelen tener acceso a los medios de comunicación, la informática ha
requerido de palabras que no siempre encajan con la ortodoxia lingüística. De
ello también hay amplia documentación y expresiones, en la red de redes. Desde
hace varias décadas, sobre todo en la zona fronteriza entre México y Estados
Unidos en donde la migración significa, entre tantas otras consecuencias, una
heterodoxa fusión de culturas e idiomas, se
conoce y ha evolucionado una simbiosis idiomática conocida como espanglish.
Pero ahora, además, existe un ciberespanglish
formado por centenares de términos que se utilizan en computación. La
profesora de origen peruano Yolanda M. Rivas, ha desarrollado un programa de
investigación en el Laboratorio de Tecnologías en Comunicación Avanzada de la
Universidad de Texas en Austin y mantiene sobre ese tema, una bien documentada
página en la Internet [5].
Allí se incluye un diccionario del Cyber-Spanglish que da cuenta de esas nuevas
realidades. Hay
palabras que, de manera oficial o no, ya forman parte del vocabulario común en
nuestras sociedades. Términos como fax,
módem, tóner, laptop, hardware
e Internet, suelen ser aceptados sin demasiado azoro. De algunos de
ellos se derivan verbos que suenan algo más extravagantes pero que no tienen
sustituto satisfactorio como faxear.
Hay palabras que en algunas de nuestras naciones comienzan a ser de uso común,
en tanto que en otras son rechazadas. Al mouse
en España se obstinan en seguirle diciendo ratón;
pero hemos leído a escritores de esa nacionalidad escribiendo con toda
comodidad downlondear para expresar la
acción de “bajar” un archivo de la Internet. El autor de esta ponencia
publicó el año pasado, en España, un libro sobre la red de redes. La única
sugerencia de estilo en la cual nuestros editores en Madrid fueron inflexibles
fue en la conminación para que todas la veces que habíamos escrito computadora,
apareciera ordenador (lo cual, a su
vez, trajo algún problema de compatibilidad cuando se publicó la edición
mexicana de ese mismo libro). El
diccionario de la profesora Rivas incluye términos que al parecer ya son de uso
frecuente entre los latinos que residen en Estados Unidos, como emailear
(que es enviar un correo electrónico), backupear (hacer un archivo de respaldo), browsear (la acción de buscar, rastrear u hojear), efetepear
(que es la recuperación de un archivo en el sistema FTP, o File Transfer
Protocol). En numerosas ocasiones hemos escuchado, sobre todo entre usuarios
frecuentes de computadoras --o, perdón, ordenadores-- la palabra resetear
que describe aunque insuficientemente la acción de apagar y encender una
máquina, o escanear que en el
mencionado sitio en la Red se traduce como “explorar”, “barrer”, “analizar”
o “escudriñar”, verbos todos ellos deficientes para describir la
digitalización de una información gráfica a través de un escáner. Hay
términos intraducibles como shareware,
que se aplica a los programas de cómputo disponibles en la red o en copias en
disco que se distribuyen sin costo, para compartir y que el Diccionario del
CyberSpanglish explica como “soporte lógico de dominio público”. La
profesora Rivas considera que “la dimensión de la evolución del idioma
español en las comunidades latinas ha sido ignorada, tanto por miedo como por
descuido. Continuando la perpetuación de la dependencia tecnológica respecto
de las naciones del primer mundo, los hablantes del español ahora están
adoptando palabras en su vocabulario cotidiano, cuando interactúan con o cuando
hablan de las computadoras”. Se trata de una mutación idiomática que además
es ubicua, pues puede ocurrir en todas partes. “Hoy, las dimensiones de esta
evolución alcanzan grandes implicaciones en tanto estas máquinas comienzan a
formar parte de una matriz de información, gente e identidades. Más que nunca
antes, los latinos se comunican a través de las distancias, reuniéndose en un
medio que antes había sido concebido como ‘herramienta de trabajo’. En este
nuevo espacio, los latinos han reconocido que la pureza de su lenguaje puede ser
considerada como una segunda prioridad en vista de las limitaciones que implica
cuando tienen que hablar de la ‘tecnología de habla inglesa’. Empleando a
las ‘palabras’ como herramientas de interacción, las comunidades latinas,
inconscientemente, han enfrentado el desafío de revolucionar la vieja pureza de
las reglas y tradiciones de su lenguaje, estableciendo nuevos paradigmas para la
perpetuación de su identidad en la era de la información. Es decir, el
cyberspanglish no es sólo un signo de la evolución del lenguaje, sino de su
gente que se enlaza a través de un nuevo medio: la computadora” [6]. Las
consecuencias culturales de esas transformaciones quizá todavía están por ser
evaluadas, pero los cambios en el lenguaje son tan drásticos que hay quienes
dicen voy a emailearlo ahorita; zoomea
para verlo más grande; necesito rebutear la computadora otra vez. Desde
luego, “para algunos, el cambio desafía la pureza de las culturas. Otros lo
acogen como una evolución necesaria, una manera de participación que tiene que
ser comunicada. La Internet y su lingua
franca, el inglés, ha llegado a las comunidades de habla hispana en línea
y las dos culturas han llegado a ser más entretejidas. Esta transformación
podría ser comparada con otros hitos que han modelado a otros idiomas: la
invasión árabe-berbera en Iberia, que les dió a los hablantes del español
las palabras árabes que usan a la manera latina; o la conquista normanda, que
le dio al inglés tantas palabras para usar en un lenguaje germánico. Como el
español y el inglés, los ciberlatinos están tomando prestados, pero están
empleando términos en su propia, única manera española” [7]. Como
es de esperarse, esa flexibilidad para considerar que las modificaciones que la
terminología técnica impone en el habla frecuente en español
son signos de progreso, es considerada prácticamente herética por otros
analistas. Las posiciones interpretativas y el diccionario de la profesora
Rivas, han propiciado quejas de quienes consideran que ella, “se atreve a
defender algunos usos que a ningún hispanoparlante con un mínimo de
sensibilidad idiomática pueden parecerle aceptables, como el traducir ‘exit’
por ‘hacer un exit’ cuando en español eso es ‘salir’, o el horrible ‘printear’
en lugar de ‘imprimir’ como equivalente al inglés ‘print’, o ‘deletear’,
de ‘delete’, por ‘borrar’. Pretender que verbos tan españoles como
salir, borrar o imprimir dejen de usarse sólo por estar relacionados con una
computadora es, en mi opinión, actuar contra la unidad y corrección del idioma”. El
lingüista Alberto Gómez Font, autor del anterior comentario, considera que si
se aceptan cambios como los que ha recopilado Rivas, veremos declaraciones como
la siguiente: “Querido Jesús: ya que hemos decidido emailearnos, te envío un
archivo para que lo downloadees a tu ordenador. Lo he encontrado surfeando en el
Web, cliqueando de site en site. Lo puedes pasar a un floppy o printearlo, y si
no te interesa salvarlo lo deleteas...” [8] La
directora de la revista Apuntes,
especializada en temas de traducción al español, Leticia Molinero, dice sobre
la página de Rivas en la red de redes: “Esa postura de defensa del spanglish
se basa no sólo en una crasa ignorancia de las posibilidades del español, sino
en una actitud fáctica y servil ante el idioma inglés” [9]. Pero
más allá de las indignaciones catárticas, es difícil ofrecer soluciones a
esa evidente distorsión del idioma. Se trata de una tendencia imposible de
frenar pues el español se encuentra en interacción con otras lenguas,
especialmente el inglés. A lo mucho, se puede propiciar un ritmo de simbiosis
menos acelerado y, claro, hace falta acuñar a veces, o reconocer en otras, los
términos necesarios para describir acciones antes inexistentes y que ahora son
cotidianas en el uso de la informática. Como ejemplo de las posturas
testimoniales ante estos cambios en el lenguaje, está la propuesta del señor
Jorge Tamayo, director de la editorial Enigma de Barquisimeto, Venezuela,
recogida por el ya citado Gómez Font y que considera necesario que haya algún
organismo que “de una vez por todas ejerza su mandato y le ordene al ordenador
aceptar el más castizo nombre de computadora, o viceversa; que deje las ristras
para los ajos (en la cocina) y utilice cadena para los caracteres del lenguaje
binario de la computación, o viceversa. En síntesis, un Cervantes que al fin
logre llegar a América a través de Internet para definir el vocabulario
fundamental de informática castellana” [10]. Pero
no parece que el idioma español vaya a ser organizado y menos actualizado, de
esa manera. Como toda lengua viva, está abierto a las más diversas
influencias. Lo que ocurre con la interdependencia que ya había del español
con otras lenguas y con nuevos usos, ahora tiene lugar en un medio de
propagación universal e inmediata. El desliz, la adaptación o el neologismo
que aparecen en la Internet, tienen una circulación potencialmente mayor a la
que antes alcanzaban otras formas de diseminación de nuevos vocablos. En
la Internet no existen trabas para decir las mayores tonterías. Lo que sí hay,
son espacios específicamente dedicados a la discusión y reflexión de los
cambios, así como a la presencia y vigencia de la lengua española. Divagando
por las redes durante la preparación de este texto, encontramos listas de
correo como la denominada “spanglish list”, en donde a diario se discuten
estos asuntos [11]. En
el web, o la telaraña como preferirán llamarle los adversarios del pragmatismo
lingüístico, hay sitios que reivindican el uso y el estudio del castellano,
como La Página del Idioma Español
que es mantenida desde Río de Janeiro por el periodista uruguayo Ricardo Soca [12]. Se
trata, como dice su autor, de un intento para “contribuir a la preservación,
unidad y pureza de nuestra lengua. Busca sumarse así a otras iniciativas que
apuntan abrir en la Internet nuevos y más amplios espacios a la comunidad de
400 millones de hispanoparlantes”. La página ofrece un índice de
publicaciones electrónicas de América Latina y España, una selección de
diccionarios digitales, un espacio para debates entre traductores, ligas a
novedades y páginas literarias en la red y a cursos de español, así como una
relación de foros de discusión sobre estos temas, entre otros espacios. En
la red hay varias páginas sobre el uso del español, especialmente de y para
periodistas. Recientemente se abrió el foro
“Periodismo”, de discusión sobre el uso de la prensa
específicamente en esta lengua [13]. Por otra parte, existen sitios como el denominado “Español Urgente”[14] , en
donde la agencia EFE, “con el propósito principal de aportar criterios que
eviten la dispersión lingüística y la invasión indiscriminada de neologismos”,
ofrece consultas y un vademécum con aclaraciones sobre nombres y palabras
difíciles pero de uso frecuente en los medios. En compendios como ése, suelen
aparecer ejemplos de las dificultades para uniformar el uso del idioma español
en nuestros países. La
agencia EFE incluye, en su glosario, términos que pueden ser equívocos. Es el
caso de una palabra que en México llega a tener un significado impensable en
otros países y de la cual, el Vademécum del Español Urgente que puede ser
consultado en la Internet, se ocupa de la siguiente manera: “coger.
Recibida una carta de México en la que se nos advertía sobre la inconveniencia
de usar el verbo coger en las
noticias de la Agencia EFE sin tener en cuenta su significado en algunos países
de Hispanoamérica, creemos oportuna la siguiente aclaración: No
podemos aconsejar a todos los delegados y corresponsales de la Agencia EFE en
Hispanoamérica que dejen de usar el verbo coger,
cuando para la mayor parte de ellos no es malsonante. Lo lógico es que los
receptores de las noticias de EFE sepan que nuestra agencia es española, y que
por lo tanto hay palabras con distintos usos en sus países y en el nuestro. A
los receptores corresponde cambiar lo que pueda resultar chocante en su país,
antes de publicarlo en sus periódicos o de transmitirlo por sus cadenas de
radio o televisión” [15]. La
precisión de los redactores de EFE es representativa de la altanería con que
frecuentemente, desde la llamada madre patria, se establecen criterios para el
uso de la lengua que todos compartimos. El español de España no es sino uno de
los varios que se hablan en el mundo, aunque por supuesto los giros en los
significados de las palabras que se propagan en cada país o en cada región, no
permiten que en la difusión de las noticias existan versiones idiomáticamente
correctas. La irradiación de los medios de comunicación más modernos y
ahora especialmente la Internet, quizá propicie una homogeneización en el
español de uso corriente en nuestros países. Con ello perderemos originalidad,
diversidad y vivacidad. Pero quizá, gracias a esa uniformidad algunos cables de
la agencia EFE dejen de causar incomodidad en otros países de lengua hispana. La lid por la “ñ” y las
posibilidades del periodismo electrónico en
español "
La Internet es un medio de y para el idioma inglés. Ello no cancela la
posibilidad de que existan espacios en otras lenguas ni el mérito de los que,
como hemos visto, ya hay en la red de redes dedicados al español. Pero incluso
para encontrarlos, es preciso hacer nuestras búsquedas en inglés. Quizá
el índice más ambicioso que hay ahora en Internet sea el denominado Altavista,
que no sólo busca entre los nombres de las páginas en la red, sino que además
hurga dentro de ellas. En ese índice, a fines de marzo pasado intentamos un
ejercicio muy sencillo. A través de la página electrónica del CNET, uno de
los sitios con mayor información sobre la Internet, especialmente acerca de
novedades tecnológicas [16], le
pedimos al localizador de Altavista, que
buscase todas las referencias para la palabra español.
El resultado fue harto significativo: cero hallazgos. Pero cuando solicitamos la
búsqueda de la palabra spanish los
resultados fueron abrumadores: había 659 mil 204 sitios en los que destacaba
ese vocablo. Luego, si quitábamos la “eñe” para escribir espanol, se nos informaba de 258 mil 300 sitios en la Internet con
esa palabra. Lo que ocurría, era que la liga a la página desde la cual hicimos
la búsqueda no tenía el software adecuado para descifrar la letra “ñ”.
Pero ya en una indagación directamente en la página de Altavista, encontramos que hay 88 mil 5 sitios con la palabra español,
con todo y “ñ”. Allí mismo, el término castellano
aparece en 40 mil 980 casos. De todos esos sitios, el que ese índice pone en
primer lugar, por considerarlo más relevante, es la página web con el
curriculum de una especialista en computación en Florida, llamada Roslyn
Castellano. El segundo, es una compilación de periódicos en idioma español. La
cibernética, en algunas de sus expresiones más específicas, está reñida con
el español. La falta, hasta hace no mucho tiempo, de teclados sin “ñ” en
nuestros países era una expresión de esa apropiación sin adaptación que
solemos hacer de las nuevas tecnologías. Pero
además, a esas tecnologías y a quienes deciden respecto de ellas, les llegamos
a endosar culpas que no son necesariamente suyas, en la distorsión y
simplificación de nuestro idioma. En 1996 fueron célebres las pifias que
aparecieron en el diccionario de sinónimos del procesador de palabras Word, de
Microsoft. Varios usuarios encontraron que el término “indígena” era
equiparado a las palabras “salvaje”, “antropófago, “caníbal” o “beduíno”,
entre otras. Entre los sinónimos de “mujer” estaban “hembra”, “señorita”,
“venus”, “criada” o “doncella” pero en cambio, para la palabra “persona”
uno de los sinónimos era “hombre” y para nada se mencionaba allí a las
mujeres. “Homosexual”, era equiparado con “invertido”, “maricón” o
“desviado” y “lesbiana”, con “pervertida” y “viciosa” entre
otros presuntos sinónimos. Y así por el estilo. El
pequeño escándalo que se desató a mediados de 1996 primero en España y luego
al menos en México, fue un tanto repentino porque los procesadores de palabras
de Microsoft hacía varios años que incluían equivalencias de tal sexismo y
dogmatismo y que se sepa, nadie había reclamado. Además, las mismas acepciones
se encuentran en diversos diccionarios de sinónimos, que desde tiempo atrás
venían circulando y lo siguen haciendo, sin que sus editores hayan sido
emplazados a revisar las expresiones desatinadas. No faltaron quienes, en una
reacción autodefensiva pero un tanto candorosa, acusaron a la mencionada
empresa fabricante de software de
querer imponer criterios anglosajones pero al mismo tiempo machistas y
segregacionistas, en sus diccionarios para usuarios en lengua española. La
verdad, es que ésas eran acepciones publicadas desde mucho tiempo atrás por
varios de los diccionarios convencionales de mayor uso en nuestro idioma [17].
Microsoft se disculpó, consultó a especialistas en varios países de habla
hispana y puso a circular una nueva versión, gratuita para quienes tuvieran la
anterior, de su diccionario de sinónimos [18]. * * * "
La Internet es un espacio que la prensa en español no puede, no debería
desperdiciar. Si el periodismo electrónico sustituirá o no a la prensa en
papel y tinta, es algo que, en realidad, no nos tocará presenciar. Todavía hay
suficiente carencia de computadoras, módems, conexiones telefónicas y
servidores de redes para que durante varias décadas, la información y el
pensamiento por escrito y a través de los procedimientos tradicionales sigan
manteniéndose. Pero no por ello es justificable que se descuide la expansión
de la red de redes, que a las publicaciones que ya existen impresas en papel les
permite aumentar su presencia y que ofrece la opción de ensayar nuevas formas
de comunicación periodística. La
preponderancia del idioma inglés tampoco debiera amilanar al periodismo en
español, aunque es un hecho que no podemos ignorar. El periodismo en la red de
redes no es ni la panacea democratizadora ni el pozo de confusiones que sus
paladines o sus detractores más encarnizados afirman. Es un recurso, de
importancia creciente en el que hay que saber estar, antes de estar sin ton ni
son. Allí, como en la prensa escrita, caben informaciones y calumnias,
reflexiones lo mismo que infundios. Y eso sucede en todos los idiomas. La
Internet, lo mismo que el idioma, son instrumentos para comunicarnos. Si
queremos que sean eficientes tenemos que admitir sus cambios, sin que esa
transformación necesaria sea perturbación que haga inoperantes o inaccesibles
a estos instrumentos. Podemos analizar o desentrañar,
instruir o enseñar, de la misma
manera que es factible causar perjuicio o daño y decir falsedades o patrañas,
con eñe o sin ella. Granja de la Concepción, Ciudad de México, Abril de 1997 ANEXO Cuadro
Uno Páginas
electrónicas de noticias y medios en español (América Latina y España)
y otros países registradas en los índices Yahoo! de la Internet marzo
de 1997 [i] País
Número
Páginas de
Revistas
Periódicos Radio
TV
Otros[ii]
de sitios
noticias Argentina 753
38
16
8
3
6
5 Bolivia
69
9
0
8
0
0
1 Chile
333
8
3
4
0
0
1 Colombia 216
15
3
5
5
0
2 Costa Rica
428
7
2
5
0
0
0 Cuba
72
3
0
0
0
0
3 República Dominic. 125
4
2
2
0
0
0 España 2420
63
22
18
9
4
10 El Salvad 48
2
2
0
0
0
0 Guatemala 72
2
1
1
0
0
0 Honduras 61
4
0
3
1
0
0 México 1716
48[iii]
7
19
8
2
12[iv] Nicaragua 46
4
1
0
0
0
3 Panamá 88
5
0
3
0
0
2 Paraguay 24
0[v]
0
0
0
0
0 Perú
212
32
3
5
1
1
22[vi] Puerto Rico n.d.
5
4[vii]
1
0
0
0 Uruguay 101
7
0
4
2
1
0 Venezuela 222
11
4
2
2
2
1 Totales
7006
267
70[viii]
88
31
16
62 OTROS PAISES País
Número
Páginas de
Revistas
Periódicos Radio
TV
Otros
de sitios
noticias y medios Alemania 4368
173
72
22
15
41
23 Brasil
2843
72
25
6
19
13
9 Canadá 36308
468
89
39
185
66
89 Francia 2408
75
32
5
12
12
14 Italia
4670
168
89
22
35
8
14 Japón 2011
80
33
7
9
11
20 Reino Unido 26414
803
64
47
143
457
92 NOTAS [1] “Larry
Flynt, the most controversial man that nobody really knows”, Hustler Online: www.hustler.com/interview/default.html . La
entrevista, en traducción de María Cristina Rosas González, aparecerá
con el título “Larry Flynt, el hombre de la prensa desmesurada”, en el
número 220, del 17 de abril de 1997, del semanario etcétera:
www.caligrafia.com/caligraf/etcetera [2] “Print
vs. the web”. Time Digital, suplemento de Time.
New York, march 17, 1997. [3]
Poder Ejecutivo Federal, Plan Nacional
de Desarrollo 1995-2000. Programa de Desarrollo Informático.
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, 1996, p. 52. El
documento lleva el pie de imprenta de la SHyCP aunque fue preparado por el
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. [4] En
1994, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática, 640 mil 222 hogares mexicanos --de un total de 19 millones 440
mil 278-- tenían computadora personal. De esa cantidad, 542 mil 660 eran
hogares con ingresos de más de 8 salarios mínimos. Datos elaborados a
partir del Programa Nacional de Desarrollo Informático, cit., pp. 129-132. [5] “CyberSpanglish
WebSite”: www.actlab.utexas.edu/~seagull/spanglish.html [6]
Ibid. [7]
Yolanda M. Rivas, “Hablas CyberSpanglish? You might find that you already
do!”, en Hispanic on Line, april
1996: www.hisp.com/apr96/tesoros/index.html [8]
Alberto Gómez Font, “Un nuevo lenguaje técnico: el español en Internet”.
Ponencia al III Coloquio Lenguaje y Comunicación en Caracas, Venezuela,
febrero de 1997. Bajado de La página del idioma español: www.webcom.com/rsoca/index.html [9]
Ibid. [10]
Ibid. [11] Las
listas de correo en la Internet funcionan por suscripción. Los usuarios
intercambian mensajes que reciben directamente en su buzón de correo
electrónico, pero para participar es necesario ser aceptado por el
administrador de la lista. La “spanglish list” recibe solicitudes en el
domicilio: spanglish@eunet.es Además,
una relación de los mensajes insertados en esa lista puede encontrarse, en
la world wide web, en: www.eunet.es/listserv/spanglish [12] La
página del idioma español: www.webcom.com/rsoca/index.html
y también: www.iis.com.br/~rsoca/index.html [13] La
lista de correos recibe suscripciones en: listserv@listserv.rediris.es ; en
la WWW hay un archivo con los textos que han circulado en dicha lista:
chico.rediris.es/archives/periodismo.html [14] Español
Urgente: www.efe.es [15] Vademécum:
www.efe.es/vademecum/index.html [16] CNET
es un proyecto conjunto de varias empresas de comunicaciones para ofrecer
información sobre los vínculos entre la Internet y la televisión:
www.cnet.com [17]
Tenemos a la mano el Gran Diccionario
de Sinónimos, Voces Afines e Incorrecciones de Fernando Corripio,
publicado en las Ediciones B de Grupo Editorial Z (de Barcelona) en México
en marzo de 1991 y cuya primera edición es de junio de 1989. Al parecer el
diccionario de sinónimos de Word y otros procesadores en español (como
Works) de Microsoft fue calcado de esa obra. Así que las acepciones
políticamente incorrectas o, de plano, discriminatorias, ignorantes u
ofensivas, ya transitaban por nuestras bibliotecas antes de que fuesen
atribuídas a esa corporación de programas de cómputo. [18]
Armando Neira, “Microsoft pide perdón por sus sinónimos”. El País, Madrid, 24 de junio de 1996. [i]
Estos datos fueron elaborados a partir de los índices
Yahoo! registrados el 26 de marzo de 1997. Como es evidente, hay países
de América Latina que no están incluídos. Ello se debe a que no aparecen
en tales índices: www.yahoo.com [ii]
Aquí incluímos a todas las páginas electrónicas de medios que no están
expresamente clasificados como revistas, periódicos, radio o televisión.
Entre ellos se encuentran agencias de noticias, servicios de procesamiento
de información, índices de medios e incluso diarios o revistas que los
índices Yahoo! no mencionan
dentro de ésos rubros específicos. [iii] Otro
catálogo disponible en la red, el México
Indez, registra en la misma fecha de esta revisión, 54 revistas y 56
periódicos mexicanos con páginas en Internet --aunque algunos de los
diarios incluídos son publicaciones de otros países que incluyen noticias
sobre México--. [iv] De
ésos 12 sitios, 4 corresponden a periódicos diarios y otro más a una
revista, aunque en el índice Yahoo!
están clasificados fuera de ésos rubros. [v]
Yahoo! no menciona sitios paraguayos de medios de comunicación o noticias.
Sin embargo, el índice Ascinsa-Paraguaynet registra un periódico diario y
al menos, una revista de esa nacionalidad. [vi] Yahoo!
incluye en algunos casos el rubro “current events”, para remitir a
páginas en las que se mencionan asuntos de actualidad en donde se menciona
a un país específico, aunque de trate de sitios de otras nacionalidades.
En este caso, las 22 páginas que hemos incluído en “otros” se refieren
al secuestro en la embajada japonesa en Lima pero todas esas ligas llevan a
fuentes de información no peruanas. [vii]
Puerto Rico está registrado como un estado más de la Unión Americana y
por eso no hay datos específicos del número de páginas electrónicas
originadas allí. De las 4 revistas electrónicas incluídas en este
índice, sólo una está en español. [viii]
Descontando las 3 revistas puertorriqueñas en inglés, tenemos 67 en
español. [1]
Investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Columnista político en el diario Crónica:
www.cronica.com.mx/cronica ; director del semanario
etcétera: www.caligrafia.com/caligraf/etcetera ; correo electrónico
secundario: 74052.506@compuserve.com [2] De
este asunto nos ocupamos en nuestro libro La
Nueva Alfombra Mágica. Usos y mitos de Internet, la red de redes,
Fundesco (Madrid, 1996) y Diana (México, 1996), pp. 103 y ss. [3]
Enrique Galván Ochoa, “Internética. Salinas, localizado”, columna en
la primera plana de La Jornada, 22
de abril de 1996. El nombre descubierto por Galván Ochoa aparecía en el
buscador de domicilios electrónicos llamado "who-where" en donde,
pocos días más tarde, había varios registros a nombre de "Carlos
Salinas de Gortari". Se trataba de nuevas bromas. Una de ellas, decía:
"Esta es una prueba de que la portada de La Jornada del 22 de abril de
1996 es muy fácil de provocar". Para que no quedara duda de la burla,
ahora el seudónimo que se le adjudicaba a Salinas era el de
"babastodos". La Jornada
ya no publicó más sobre ese asunto, en el que había sido víctima --y con
ella, muchos de sus lectores-- de una broma, precisamente, para bobos. Sin
embargo, tampoco admitió que había proporcionado como cierta, una noticia
falsa. En este como en tantos otros casos, hubo quienes creyeron lo que
querían creer. [4] La
guía Magellan presenta una selección al azar, que se renueva cada 20
segundos, de los temas que en ese momento están buscando los usuarios del
índice Excite: http://voyeur.mckinley.com/voyeur.cgi [5]
http://www.enews.com [6]
David Lidsky, “The Web Delivers”. PC
Magazine, vol. 16, no. 4, february 18, 1997. Los servicios seleccionados
en ese informe son: After Dark Online, Air Media Live Internet Broadcast
Network, AlphaConnect StockVue, BackWeb, Castanet Tuner, IBM NewsTicker,
In-Box Direct, Intermind Communicator, My Yahoo! News Ticker, NETdelivery y
The PointCast Network. [7]
Además hay 1983 páginas electrónicas de estaciones de radio, 6275 de
televisoras y 3362 consideradas como de “eventos de actualidad” [8] “Medios
de comunicación españoles en la red”:
www.dat.etsit.upm.es/~mmonjaras/prensa.html [9] Emy
Armañanzas, Javier Díaz Noci y Koldo Meso, El
Periodismo Electrónico. Información y Servicios Multimedia en la Era del
Ciberespacio. Ariel Comunicación, Barcelona, 1996, pp. 128 y 195 y ss. [10]
Ibid., p. 195 [11] Mexico Index:
www.trace-sc.com/index1.html [12] El
grupo Netree’s Internet Statistics
(www.netree.com/netbin/internetstats), con datos del Internet Business
Center, estimaba en enero de 1997 que la cantidad de personas deambulando
por la red de redes ascendía ya a 102 millones. Sin embargo, es posible
pensar que esos datos han sido exagerados, quizá para entusiasmar a los
posibles anunciantes en espacios en la Internet. Esa fuente deducía,
además, que había ya un millón 600 mil espacios en la WWW. Más realista,
parece el cálculo de la Internet Data
Corporation (www.idcresearch.com) que el 31 de octubre de 1996
contabilizaba 31 millones 400 mil usuarios. Una información más es la de Internet
Info (www.webcom.com/walsh/) según la cual para el 27 de septiembre de
1996 había 611 mil 860 dominios, o domicilios en la WWW, registrados ante
InterNic, que es la autoridad reguladora de la nomenclatura en la Internet.
Un compendio de estas informaciones se encuentra en la página de la firma
australiana ad.media: www.admedia.aust.com [13] Por
ejemplo, la compilación de datos del rastreador de Internet denominado WebCrawler,
ofrecía en abril de 1996 la cifra de 145 mil 166 servidores registrados
aunque cada uno de ellos podía ser “anfitrión” de varias páginas en
la red. Otro dato indicaba la existencia de 199 mil 129 domicilios de
servidores para esa fecha: www.webcrawler.com/WebCrawler/Special.html [14] Nota
sin firma en la primera plana de El
Universal, México, 23 de mayo de 1996. Ese diario no volvió a ufanarse
de tener una alta lectura en su edición electrónica. [15]
Adriada Malvido, “Cumple dos años La
Jornada en Internet: 85 mil consultad diarias”. México, 8 de febrero
de 1997. [16]
Jacqueline Emigh, “First wave of web publiching failures arriving”, en Newsbytes
News Network: www.newsbytes.com (28 de marzo de 1997). [17] “EL
PAÍS y Microsoft, las páginas favoritas del ‘internauta’ español”. El
País, Madrid, 24 de enero de 1997. La encuesta completa puede
encontrarse en la página electrónica de ese diario: www.elpais.es [18] Juan
Antonio Gallont, “Se ‘roba’ su propia exclusiva The Dallas Morning
News”, en Reforma, México, 10
de marzo de 1997. El domicilio del Dallas Morning News es:
www.dallas-news.com [19]
Francis Pisani, “Los periódicos y la Web”, en Reforma,
México, 17 de marzo de 1997. [20] En
México, la nueva Ley Federal del
Derecho de Autor, promulgada el 24 de diciembre de 1996, protege a los
programas de computación y las bases de datos. [21]
Steve Outing, “Playboy asume posicao intermediaria quanto a protecao de
direitos autorais”, columna reproducida en “Parem as maquinas”,
espacio en la página electrónica del sistema brasileño Universo On Line.
www.uol.com.br/internet [22] “Crece
la polémica muncial sobre los derechos de autor en Internet”. El País, Madrid, 13 de diciembre de 1996. |