La contrarreforma de la radiodifusión

 

Comentario para TV UNAM

15 de diciembre de 2006

 

   Los grupos de la sociedad preocupados por lo que hubiera sido un muy grave allanamiento del Estado mexicano ante las empresas más poderosas en la radiodifusión evitaron que fuesen aprobadas las reformas que con tanta precipitación los partidos políticos querían convertir en ley. El Senado pospuso hasta febrero su decisión sobre la minuta que le envió la Cámara de Diputados la cual, como ha sido ampliamente sabido, aprobó sin discusión alguna, en solamente siete minutos, una riesgosa colección de reformas a las leyes federales de telecomunicaciones y de radio y televisión.

   En siete minutos, los diputados de todos los partidos habían resuelto que las concesiones para transmitir por radio y televisión se adjudiquen a quienes ofrezcan más dinero. Y uno de los cambios más preocupantes en esa contrarreforma es la disposición que les permitiría a las televisoras a utilizar la porción del espectro radioeléctrico que les ha sido concesionada no solo para difundir señales de televisión sino para también, aprovechando las nuevas tecnologías digitales, ofrecer servicios de telefonía y transmisión de datos. Actualmente hay empresas telefónicas que por el acceso a porciones menores del espectro radioeléctrico han pagado centenares de millones de pesos. Pero a las televisoras ese privilegio les podría salir gratis, porque la reforma legal no hacía obligatorio el pago de esa concesión adicional.

   Ventajas como esa propiciaron que a dicha reforma se le conociera como la Ley Televisa. La Ley Televisa no fue aprobada este diciembre por los senadores pero será discutida nuevamente para el periodo de sesiones que comienza en febrero. Si la sociedad interesada en estos temas se descuida y no mantiene una exigencia similar o mayor a la que pudimos ver hace pocos días el Senado aprobará esa riesgosa y convenenciera Ley Televisa.

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